Hemingway aconseja a escritores

• Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un inglés vigoroso. Sé positivo, no negativo.
• La jerga que adoptes debe ser reciente, de lo contrario no sirve.
• Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como «espléndido, grande, magnífico, suntuoso».
• Nadie que tenga un cierto ingenio, que sienta y escriba con sinceridad acerca de las cosas que desea decir, puede escribir mal si se atiene a estas reglas.
• Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir.
• Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse sólo una vez terminadas sus obras, y aun entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse solos. Les da miedo estar solos en sus creencias…
• A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después recuerdo que siempre me resultó difícil y a veces casi imposible escribirlos.
• Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.

[Fuente: Ciudad Seva]

La carretera


He leído con interés
La carretera. Se supone que ha habido un ataque nuclear en Estados Unidos y los escasos supervivientes vegetan por aquí y por allá organizados a veces en inquietantes bandas. Un padre y un hijo viajan hacia el sur preocupados por encontrar comida, combatir el frío y no dejarse matar por los zombis depredadores que pueden encontrarse.

La novela tiene pocos elementos. Ni siquiera llega a saberse cómo se ha llegado a esa situacióny nada del pasado de los protagonistas. El padre sólo quiere defender a su hijo, preocupado porque no tiene un futuro que ofrecerle.

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TRES LIBROS de toros

Para no dejarles con la mala noticia de la flojísima biografía de Manolete que comenté ayer, les recomiendo ahora los libros taurinos que más me han gustado:

Muerte en la tarde, de Ernest HEMINGWAY (1932)
Antonio Bienvenida, de Ramón GOMEZ LOPEZ-EGEA (1990)
Anecdotario taurino (2 vols), de Luis NIETO (1995)

Y en ese orden.

Del primero ya hablé en este comentario. El segundo es una biografía de un torero importante, no de primerísima fila pero de peso. Yo me siento unido a él por otros motivos muy por encima de los taurinos. Es un personaje que vale la pena conocer pues valió como persona tanto o más que como torero. El tercero es lo que dice su título, bien seleccionadas y llenas de arte la mayoría.