Diarios de Renard

Diarios_RenardHors categorie, que decimos en el Tour. Me ha parecido un libro inmenso. Es de los mejores diarios de escritor que he leído. Esta edición de Mondadori es una selección, y eso cuenta. A mi en principio no me gustan las selecciones ni las antologías, ni siquiera cuando las hace el propio autor, pero la verdad es que hacen más humanas lecturas voluminosas.

Renard (1894-1910) es un escritor de segunda, autor de algunas novela (conocidas sólo para muy puestos: Piel de zanahoria e Historias naturales) y de varias obras de teatro pero, sobre todo, de este –merecidamente- célebre diario. Su mundo literario de principios del XX es el de los Daudet, Capus, Rostand, Schwob, y algo menos el de los Goncourt, Mirbeau y Loti. Pululan también por estas páginas Toulouse-Lautrec y la actriz S. Bernard.

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La intrusa. Fayé

Intrusa, La_125X200Breve novela basada en un hecho real: una mujer pasa más de un año viviendo en el armario de una casa, del que sólo sale cuando el inquilino propietario duerme o está fuera. En un momento dado él la descubre con una webcam y ella va a la cárcel.

Fayé se mete en la piel de Shimura, el denunciante, e inventa una historia sobre qué supuso para él esta intrusión: por un lado «ya no se siente en su casa» y, por otro, le afecta haberla denunciado.

Más adelante es la voz de ella la que cuenta el asunto, y sabemos de una identidad pasada misteriosa (relacionada con el compromiso político) y que quizás no fue casual que eligiera esa casa en particular. Ella reflexiona sobre el sentido de la vida en una carta que escribe a Shimura una vez sale de prisión.

A mi me ha sabido a poco, y no porque sean muy pocas páginas. Poca historia. Tampoco ayuda cierto rebuscamiento en la expresión (cosas tipo «el aire acondicionado se ha declarado en huelga» o «a mis ojos ningún programa (de la tv) les hacía gracia») sobre todo cuando narra Shimura.

Ustedes verán. Como mucho perderán una hora de su vida.

Deghelt. La lectora de Jade

jadeEsta novela francesa tiene cosas interesantes, como la visión positiva de la vida cuando ya se tienen muchos años y se es menos «util» y el amor a la lectura, pero atrapa poco, es sentimentalona y cuando llevas cien páginas sientes aún poco interés por los personajes. Entonces notas con claridad que esto no está funcionando y te preguntas razonablemente para qué seguir.

Las ideas que quiere transmitir la autora se entremeten de forma postiza en los diálogos de los personajes restándoles naturalidad. La lectura como independencia, como vehículo de libertad, como una segunda vida paralela que de ningún modo se quiere dejar una vez iniciada.

Les digo de qué va por si, a pesar de todo, alguien se anima: Jade (periodista free-lance) se lleva a su abuela a vivir a París para que sus tías no la ingresen en una residencia. Conocerá el pasado de lectora secreta de su abuela, una persona buena que siempre encuentra un motivo para excusar el egoísmo de los demás, y ésta le ayudará en la novela que está escribiendo.