Los cansados. Serra

SERRA_CansadosUn breve libro-llorón, el desahogo de un padre superado por el comportamiento de su hijo adolescente y por lo poco y mal que se comprenden y comunican. Todo es bastante realista (ropa, tecnología, desinterés, pereza, desorden, lenguaje) pero aburre un poco tanta queja improductiva. Impotencia, crisis de autoridad, humor sarcástico del quemado. Su gran solución: una excursión por el campo. Hasta ahí llega.

El problema de fondo es el propio relativismo ético del padre. No da para más: decoro doméstico y virtudes del esfuerzo físico y de contemplar la naturaleza. No parece gran cosa para estimular a nadie.

Vale como descripción de síntomas, pero el planteamiento es paupérrimo en cuanto a análisis y soluciones. Merece poco la pena.

Gerhardie. Los políglotas

GERHARDIE_PolíglotasTras la Primera Guerra Mundial un joven inglés de 21 años llega a Tokio para reunirse con unos parientes de lo más originales. A partir de aquí historias y peripecias farragosas y con un sentido poco claro donde se mezclan las relaciones de sangre, la vocación de escritor, la ridiculización de la vida militar y de la guerra, la muerte y el sentido de la vida.

A pesar del elogio al autor de muchos escritores ilustres (Borges entre otros) y de ser esta su mejor novela, “obra maestra subterránea de la literatura inglesa”, con el “sonido inconfundible de lo humano”, etc, a mi me ha superado por completo. La he despachado por la vía rápida y a otra cosa.

Cuestión marginal: no tengo suerte en todos mis últimos intentos con Impedimenta, por mucho que me gusten sus libros como objeto.

Relatos de Bukowsky

BUKOWSKIUn amigo entusiasmado con Bukowski (aunque, sobre todo, con sus Poemas), me anima a acercarme de nuevo a sus primeros libros publicados en España. No aguanto más que los primeros compases de los Relatos de locura cotidiana, que acaba de reeditar reunidos Anagrama. Es salvaje, zafio, vulgar y desagradable. Sexo y más sexo, alcohol, juego, enfermedad y locura, referencias explícitas a las necesidades fisiológicas por todas partes, drogas, psiquiatras. Gente sin trabajo, sin familia y sin hogar.

Se suele alabar su estilo, su sinceridad y su humor. A mi me resulta imposible abstraerme de lo que está contando y no me importan mucho esos logros. Me cuesta mucho ver su nombre al lado del de Carver, algo que es ya casi un tópico. Su leyenda está levantada sobre el malditismo y la brutalidad, sobre su cacareada “autenticidad”. Esto estaría muy bien si la transgresión y la sordidez fueran valores en alguna parte.