Ojalá fuera cierto, de Marc Levy

Una mujer jóven entra en coma tras un accidente. Mientras su cuerpo vegeta en el hospital, su espíritu puede ser visto y oído por el nuevo inquilino del piso que ella ocupaba.

El coma profundo sigue siendo un misterio para la ciencia y Marc Levy se inventa esta propuesta algo desinformada y caótica. Una sentimentalona historia de amor llena de frases hechas, filosofía de almanaque, perogrulladas y lugares comunes, chistes fáciles y juegos de palabra simplones.

Con todo, se deja leer porque es ágil y breve y el amor siempre conmueve. Ya puestos, Levy también intenta hacernos tragar que se acuestan, el inquilino y el fantasma. Hay una oposición leve -pero oposición- a la eutanasia. Los dos protagonistas se declaran ateos.

Levy se apunta a la literatura fácil de consumo, a los productos vulgares y edulcorados para paladares poco exigentes. Parece que este autor es un bombazo en Francia desde ésta su primera novela (y última que le leo). Mon Dieu!

Manfredi reescribe a Jenofonte

En el año 401 a.d.C. Ciro el Joven reúne un ejército de cien mil asiáticos para destronar al Gran Rey persa, su hermano Artajerjes II. Sabe que su gran baza es contar con fuerzas griegas en sus filas y recluta una fuerza extra de diez mil mercenarios. Esparta acaba de vencer a Atenas en la Guerra del Peloponeso, con el apoyo de Artajerjes, y no puede formar parte de ese contingente, al menos visiblemente. Ciro es derrotado en Cunaxa y eliminado, su ejército disuelto y el contingente griego –que no había sido derrotado en lo que les correspondía- se encuentra sin misión a las puertas de Babilonia. Jenofonte, un culto ateniense desterrado, contará la vuelta a Grecia de esos mercenarios en su célebre Anábasis, y esta historia es la que novela ahora Manfredi.

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La venganza es mía, S.A.

Hace unos años leí Relatos de lo inesperado, de Roal Dahl. Recuerdo bien que probé con la boca chica a ver qué tal, pues lo tenía asociado a la literatura infantil y juvenil. Y me encantó el libro. Historias redondas, con brillantes golpes de efecto en los finales. Todas buenas. Un acierto total. He recomendado mucho este libro como ejemplo de literatura entretenida de calidad.

Ahora saco de la biblioteca pública La venganza es mía, S.A., otra colección de historias. Y nada que ver. La primera, que da título al libro es una buena idea pero con un final flojo, poco trabajado. Las demás, que van hilvanando los mismos personajes, son unas peripecias con poco interés de un tipo de que elimina ratas, otro que tiene un galgo de carreras y otros personajes un tanto absurdos. No me ha cogido en ningún momento. Un chasco. Son historietas tontorronas poco trabajadas, sin pizca de inspiración y con escaso atractivo.