Este libro de Holland es el más serio que he leído sobre las guerras médicas (persas contra griegos, S.V adC). Ya me topé con ellas, si recuerdo todo, en las Historias (Herodoto), en Puertas de fuego (Pressfield, estupenda novela), en Salamina (Negrete) y en 300 (Miller, cómic, y la peli).
Holland es más equilibrado y no se deja arrastrar por la fascinación irresistible de Esparta y la inteligente maniobrabilidad de Atenas; da a cada uno lo suyo y no simplifica en malos (Dario y luego Jerjes) contra héroes (Temístocles y Leónidas, nuevos Ulises y Aquiles). Empieza explicando el alcance que hubiera tenido otro resultado en la contienda, dedica la mitad del libro a explicar quienes eran los persas, y sólo en la segunda mitad se detiene en el territorio mítico (Maratón, Termópilas, Salamina y Platea) al que dedica mucho menos espacio y emoción que las novelas, cómic o pelis citadas. Esto es un libro de historia.
Todo muy bien y claramente contado, con buenos y útiles mapas, abundantes notas (al final), cronologías, bibliografía e índices de nombres y materias. Un libro serio. Las ilustraciones escogidas, por poner algún pero, no aportan mucho.
Los persas consiguieron un imperio espectacular pero dieron con la horma de su zapato. Las puntuales y costosísimas alianzas que lograron los griegos, siempre con alfileres, bastaron para batirles. Ahí está el auténtico origen, explica Holland, de la falla entre el oriente islámico y el occidente cristiano.