Puertas de fuego. Las Termópilas según Pressfield

He releído la mejor novela que conozco sobre las Termópilas, la de Pressfield. Los detalles históricos y el marco se pueden completar con el estupendo libro de Holland (Fuego persa) y luego darle un poco de color con el cómic de Frank Miller y con la peli de Snyder (inferior al cómic), ambos de nombre 300.

Para quien no sepa nada de los espartanos, se encontrarán con unos tipos como no ha habido otros, ni antes ni después. Y esta es la mejor novela del americano, hasta la fecha. Entraría en cualquier lista absoluta que hiciera de novelas históricas, hablen del periodo que hablen.

El grupo sobre el individuo, la palabra rendición no existe, la guerra como profesión, el honor y el control del miedo. En el desfiladero de las Puertas Calientes se conserva una sencilla piedra sin adornos con unas palabras del poeta Simónides grabadas en ella. Sus versos constituyen quizá el más famoso de los epitafios guerreros:

Ve a decirles a los espartanos, extranjero que pasas por aquí, que, obedientes a sus leyes, aquí yacemos.

Holland. Fuego persa

Este libro de Holland es el más serio que he leído sobre las guerras médicas (persas contra griegos, S.V adC). Ya me topé con ellas, si recuerdo todo, en las Historias (Herodoto), en Puertas de fuego (Pressfield, estupenda novela), en Salamina (Negrete) y en 300 (Miller, cómic, y la peli).

Holland es más equilibrado y no se deja arrastrar por la fascinación irresistible de Esparta y la inteligente maniobrabilidad de Atenas; da a cada uno lo suyo y no simplifica en malos (Dario y luego Jerjes) contra héroes (Temístocles y Leónidas, nuevos Ulises y Aquiles). Empieza explicando el alcance que hubiera tenido otro resultado en la contienda, dedica la mitad del libro a explicar quienes eran los persas, y sólo en la segunda mitad se detiene en el territorio mítico (Maratón, Termópilas, Salamina y Platea) al que dedica mucho menos espacio y emoción que las novelas, cómic o pelis citadas. Esto es un libro de historia.

Todo muy bien y claramente contado, con buenos y útiles mapas, abundantes notas (al final), cronologías, bibliografía e índices de nombres y materias. Un libro serio. Las ilustraciones escogidas, por poner algún pero, no aportan mucho.

Los persas consiguieron un imperio espectacular pero dieron con la horma de su zapato. Las puntuales y costosísimas alianzas que lograron los griegos, siempre con alfileres, bastaron para batirles. Ahí está el auténtico origen, explica Holland, de la falla entre el oriente islámico y el occidente cristiano.

Pressfield de nuevo

Nunca estoy demasiado tiempo lejos de Roma y Grecia clásicas. Ahora he leído La campaña afgana, que novela los tres años que tardó Alejandro en hacerse (más o menos) con Afganistán.

Lo mejor de Pressfield sigue siendo hasta ahora Puertas de fuego (Termópilas); Vientos de guerra (guerras del Peloponeso), Las últimas amazonas y ésta última están por debajo.

Hay mucho detalle militar y gran realismo en la descripción de los combates y tácticas. Hay bastante crudeza y pesimismo. Lo importante es ganar, el honor y la gloria son romanticismos imposibles a los que hay que renuciar cuanto antes. Transmite bien los sentimientos del soldado de miedo, vergüenza, cansancio. Muy plástico en las peleas, las heridas, las armas y todo eso. La cantidad de datos cronológicos y geográficos y los nombres y expresiones en idiomas locales dan mucho verismo al relato.

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