Ciencia-ficción. Hola y adiós


Y con Scott Card di por concluída mi pequeña cata veraniega en el desconocido mundo (para mi) de la ciencia-ficción. Sólo me ha interesado un poco Dune, aunque no como para pasar de la primera. Muy poco Ender y La Guía del autoestopista galáctico, y flojillos los relatos de Asimov y Clarke de los que les hablé.

Así que me sigo quedando, si alguien me pregunta por esto,  con cosas que leí hace muchos años, la serie Fundación de Asimov, las Crónicas marcianas de Bradbury, Tropas del espacio (Heinlein) y, por supuesto, 1984.

Claramente la ciencia-ficción no es lo mío.

Universo DUNE

Sobre el año 10.000. Varios planetas humanos y casas reinantes (al modo feudal pero con alta tecnología). Un emperador, La Casa Atreide (Paul, el heredero) y la Hannkonen, su enemiga.

Los Atreides son destinados a Dune o Arrakis, único planeta que produce melange, una especia con todo tipo de poderes. Un lugar de arena y falta de agua. Allí son traicionados por los Hannkonen y Paul, al frente de los Fremen (nativos de Dune) intentará recuperar el lugar de su casa.

Hay bestias (los gusanos de arena), seres no humanos (los que dirigen la Compañía de transporte) y humanos con poderes especiales mentales (los Mentats) y místicos (Las Bene Gesserit).

Herbert va más allá de la novela de aventuras y luchas (que las hay) y del toque de ciencia-ficción y fantasía (que también hay). Se propone crear una mitología y una religión, además de razas y lenguajes (nombre y lugares), para ambientar la historia del hombre de siempre: amores, rivalidades, ambición, compañerismo, traición.

Continuar leyendo «Universo DUNE»