Elizabeth Forsythe y otras lecturas

FORSYTHE_Una mujer de recursosAutores nuevos

• Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con un personaje. Bess Stead es una mujer independiente, apasionada y luchadora, que no se siente nunca aprisionada por las convenciones. Lucha, superación, aceptación, realismo, capacidad de disfrutar, defensa de los suyos, amistad generosa. Una mujer de armas tomar de la que conocemos toda su vida a través de las cartas que escribe. Una novela estupenda. NOTABLE.
• Se me han hecho pesadas en cambio las Memorias de Nadiezhda Mandelstam, y es un libro que cogía con mucha expectación. Ya es difícil que nos sorprendan testimonios sobre los totalitarismos el S. XX, aunque éste está escrito muy agradablemente y derrocha sinceridad. Ella se centra en el periodo que va desde la detención a su marido en 1934  hasta su muerte en 1938. En capítulos cortos va rememorando su vida y explicando su obra. Demasiado detalle para mi gusto. BIEN.

Reincidencias

• Sjöwall y Wahlöö. La segunda de la serie de Martin Beck me parece algo inferior a la primera. Interesa lo que seguimos conociendo del carácter del detective y menos el desarrollo del caso, algo soso. BIEN.
• Empiezo la Segunda Serie de los Episodios Nacionales. Los hechos (Fernando VII) no me atraen tanto como los de la primera (cumbre de la novela histórica en España), pero sigue siendo Galdós al fin y al cabo. Ésta primera se centra en la salida de José Bonaparte del país y en la presentación de Salvador Monsalud, personaje conductor de los diez volúmenes. Patriotismo, valentía, honor, amores. Todo muy español. BIEN.
Campo de retamas recoge todos los textos breves del singular Sánchez Ferlosio. Los que ya se publicaron en Vendrán más años… y en otros libros, y otros que permanecían inéditos. Pese a su pesimismo, escepticismo, agnosticismo y, a veces, rebuscamiento, es a menudo brillante y siempre independiente. Para mi uno de nuestros escritores vivos más importantes. NOTABLE.

Relecturas

• En dos ratos de espera releo en el móvil la deliciosa novelita epistolar de Hanff. Amor a los libros,  Norteamérica versus Gran Bretaña, generosidad. Me entero de que hay una película de Anthony Hopkins. Un librito imprescindible. NOTABLE.

Una mujer de recursos, Elizabeth Forsythe. Libros del Asteroide.
El hombre que se esfumó, Maj Sjöwall y Per Wahlöö.
El equipaje del Rey José, Benito Pérez Galdós.
Contra toda esperanza, Nadiezhda Mandelstman. El Acantilado.
Campo de retamas (Pecios reunidos). Rafael Sánchez Ferlosio. Mondadori.
84, Charing Cross Road. Helene Hanff.

Cuando no indico la editorial es que los he leído en digital.

Agosto 2015 (2 de 3). Reincidencias

CUNQUEIRO_SochantreChirbes, La caída de Madrid, en su línea. Buena novela pero no tanto como las dos últimas. Muchas visiones del mismo momento, el futuro ante la muerte de Franco para jóvenes y mayores, simpatizantes y detractores, personajes de diferentes clase sociales e ideologías. Crudeza sexual. BIEN.

• De Delerm ya leí algo hace años y ahora me entretengo un rato con El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres. No está mal pero es pobre como visión de la vida: pequeñas posesiones y momentos culinarios elevados exageradamente de categoría. Siempre la misma idea, y puede que algunas de esas cosas ni siquiera te gusten. APROBADO.

• Y Keret, El hombre sin cabeza. Ya sin la sorpresa que me produjeron los relatos anteriores. Estos son de menos categoría aunque algunos brillan. Tengo en reserva las otras colecciones traducidas al castellano. Juega a la sorpresa, al desconcierto. Siempre algo nuevo, nunca has leído nada igual. Desbordante imaginación, coloquial, directo. A veces toques fantásticos, pero te los hace pasar. BIEN.

• Me han gustado Las crónicas de Sochantre y su carroza funeraria, aunque menos que el de Merlín. Riqueza verbal, mezcla de géneros, el tiempo congelado. Cunqueiro es único y minoritario, una explosión verbal al servicio de una imaginación y una erudición infinitas. Un escritor de primera con el que seguiré. Sorpresa en cada página, tono guasón, alejado del realismo (pero con medida). Mito y realidad, mundo gallego, griego y materia de Bretaña, las mil y una noches regadas de vinos y mariscos de su tierra. NOTABLE.

• Última reincidencia: Gardner, El arte de la ficción. Me ha gustado menos que el otro del que les hablé. Aquí está más académico y, a la vez, más confuso. Su tono es suficiente y perdonavidas. Cosas aprovechables pero cansado. BIEN.

Morris. La coronación del Everest

everest.inddEn la cordillera de Himalaya, en la frontera entre los herméticos Nepal y Tibet, se encuentra la cima más alta de la tierra. Fue cartografiada en 1856 como Pico XV y hubo intentos serios de escalarla desde 1921. Mallory, el inglés que escalaba montañas “porque están ahí”, desapareció allí en 1926. Nunca se sabrá si fue el primer hombre en la tierra en poner sus pies a 8.848 metros a nivel del mar. Hillary, otro inglés, contemplando las montañas de Nepal en 1921, había escrito en su diario: “¡Qué grandeza del mundo! Casi todos los misterios están ya despejados y apenas quedan tierras desconocidas por contemplar”. Quedaba el Everest. En mayo de 1953, coincidiendo con la coronación de la reina Isabel en Inglaterra, Hillary y el sherpa Tenzing, formando parte de una expedición dirigida por Hunt, la pisarán oficialmente por vez primera. Un hito del S. XX.

En esa ocasión, por primera vez, un periodista profesional de The Times acompañó a la expedición y empleó un complejo sistema de porteadores y mensajes cifrados para transmitir sus crónicas. Cinco años después de los hechos publicó este libro. Morris hace un buen periodismo en fondo y forma, con buen estilo y agradables dosis de ironía británica. Iba en la retaguardia de la expedición y no fue testigo presencial directo del hecho. No se centra en las cuestiones técnicas del alpinismo ni da excesivos detalles, y se ocupa más de transmitir impresiones y valorar lugares, personas y situaciones. Es evidente que la hazaña deportiva le impresionó, pero también nos hace llegar con buen pulso y pasión el ambiente de Katmandú, el carácter de los protagonistas o cuestiones marginales como la vida de los sherpas o la leyenda del Yeti.

Materializando el verso de Tennyson que se cita (“Luchar, buscar, encontrar y no rendirse jamás”), la pasión por el descubrimiento y por alcanzar los lugares extremos del planeta mueve misteriosamente a los alpinistas de alto nivel. Con su mezcla de orgullo, ambición, esteticismo, mística y masoquismo, estos aventureros pueden inspirarnos también para la vida cotidiana a ras de tierra.