Lodge. Trapos sucios

LODGE_Trapos_suciosSegundo libro de ficción que leo de Lodge, autor de mi archirecomendado El arte de la ficción. Es una novelita breve escrita a partir de una obra de teatro también suya.

Adrian Ludlow (novelista famoso ahora estancado) y su mujer Eleanor leen en su casa de campo una mordiente y agresiva entrevista de Fanny Tarrant a Sam Sharp, guionista de éxito y amigo del matrimonio. Adrian se cree fuera del juego de la fama y le atrae la idea de dar un escarmiento a la venenosa periodista y entrevistarla cuando ella se piense que le está entrevistando a él.

Es una historia sobre la celebridad, la vanidad, el trabajo creativo y el circo mediático.

La defensa de Tarrant: «Realizo una valiosa función cultural. Hay tanta publicidad en estos tiempos que la gente confunde el éxito con el logro auténtico. Yo les recuerdo la diferencia».

Está bien, sin ser sobresaliente, y se lee en un rato.

Lodge. Intercambios

LODGE_IntercambiosLes hablaré otro día de Trapos sucios. Está es anterior, más larga y más famosa. Y peor.

Lodge se encuentra en su salsa en la novela de campus o académica, con el toque humorístico y con el uso y abuso de todo lo que tenga que ver con el sexo. Son sus genes literarios.

En este libro cuenta la historia de dos profesores universitarios de literatura, uno inglés y otro norteamericano, que intercambian sus plazas por unos meses. Y, de camino, también sus mujeres.

La autocrítica del mundillo universitario es corrosiva pero simpática. La visión de la familia y de las relaciones sentimentales absolutamente patética y descerebrada.

Un libro con casi nada interesante y muy poco instructivo. No bastan sus momentos de inteligencia y de humor, que los tiene.

DFW. En cuerpo y en lo otro

DFW_En_cuerpoExtraordinaria recopilación de nuevos textos de DFW.

El que escribe sobre Federer es sublime, como el propio jugador. DFW (que jugó al tenis en serio) es capaz de explicar lo que los demás intuimos cuando vemos jugar al suizo. «Momentos Federer»: «Una puñetera experiencia casi religiosa». Habla de belleza cinética y de sentido cinestésico, habilidades llevadas al máximo por primera vez en la historia de este deporte.

El cine, la relación inversamente proporcional de efectos especiales espectaculares (y carísimos) y poca calidad de la película en cuanto a tramas, temas y personajes interesantes.

El VIH, defiende, podría muy bien ser la salvación de la sexualidad en la década de los 90. Defiende la seriedad de la sexualidad, los estragos de la revolución de los 60 y la necesidad de respetar al otro y a uno mismo.

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