Del primer trimestre del año he disfrutado especialmente con la lectura de estos cinco libros: Ocaso y caída de prácticamente todo el mundo (Cuppy), otra visión de la historia que nos hará mirar de un modo distinto a muchos personajes; Prólogos y epílogos (Auden) un gran talento para la crítica literaria (y un duro golpe para las pocas ganas que me van quedando de hablar sobre libros); Meditaciones sobre la fe (Dajczer), profunda y sugestiva presentación de la vida cristiana; Palomas y serpientes (García-Máiquez), colección de aforismos inteligentes, alegres y, en alta proporción, brillantes; y Mientras llega la felicidad (Cuenca) una estupenda biografía sobre Marsé.
Algo menos han dado de sí Tinto de verano II (Lindo), placer culpable tan divertido como el primero de la autora; Estudios sobre el amor (Ortega), una laguna (el escritor) que empiezo a subsanar; Letras entornadas (Aramburu), memoria bio-literaria, y las Analectas (Confucio), mucho más aprovechables de lo que preveía.
De novelas, destaco las adaptaciones para RNE de Extraños en un tren (Highsmith) y Un mundo feliz (Huxley) y la biografía-novelada sobre Nadia Comaneci de Lola Lafon (La pequeña comunista que no sonreía nunca). Cita en Samarra (O’Hara) está bien, pero esperaba más (quizás por el esfuerzo que he puesto en conseguirla).
En cuanto a relatos destaco: Dieciocho agujeros (Wodehouse), para amantes del golf y ambientes british y En jaque (Berta Marsé), su primer libro que, ojo, incluye algunas piezas impactantes. Y, por supuesto, la relectura de ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? la primera colección de Carver.