Lecturas y picoteos, 5 de 7

FELIPEY sigo intentándolo con la poesía. Pacientemente. Voy a Botas y leo Historia antigua. García Martín dice de él que “los milagros no se pueden explicar”. No me opongo, respetuosamente, pero no tengo ni idea acerca de qué está hablando (García Martín). Amor, muerte, Dios, Roma, derecho, Borges, humor, coloquialismo.

De la Antología rota (Felipe) sólo me gustan los Versos y oraciones del caminante, su “viejo discurso” (sencillo, claro, con fuerza). Su “nueva canción” es oscura, política y llena de odio. Difícil de entender para mi.

De un indiscutible como Sánchez Rosillo hojeo Maneras de estar solo. Me dice muy poco. Puntos suspensivos (Quintana) me ha gustado más, por el humor y la cercanía al aforismo.

Balance del trimestre de lecturas

Squared 2016 calendar

Del primer trimestre del año he disfrutado especialmente con la lectura de estos cinco libros: Ocaso y caída de prácticamente todo el mundo (Cuppy), otra visión de la historia que nos hará mirar de un modo distinto a muchos personajes; Prólogos y epílogos (Auden) un gran talento para la crítica literaria (y un duro golpe para las pocas ganas que me van quedando de hablar sobre libros); Meditaciones sobre la fe (Dajczer), profunda y sugestiva presentación de la vida cristiana; Palomas y serpientes (García-Máiquez), colección de aforismos inteligentes, alegres y, en alta proporción, brillantes; y Mientras llega la felicidad (Cuenca) una estupenda biografía sobre Marsé.

Algo menos han dado de sí Tinto de verano II (Lindo), placer culpable tan divertido como el primero de la autora; Estudios sobre el amor (Ortega), una laguna (el escritor) que empiezo a subsanar; Letras entornadas (Aramburu), memoria bio-literaria, y las Analectas (Confucio), mucho más aprovechables de lo que preveía.

De novelas, destaco las adaptaciones para RNE de Extraños en un tren (Highsmith) y Un mundo feliz (Huxley) y la biografía-novelada sobre Nadia Comaneci de Lola Lafon (La pequeña comunista que no sonreía nunca). Cita en Samarra (O’Hara) está bien, pero esperaba más (quizás por el esfuerzo que he puesto en conseguirla).

En cuanto a relatos destaco: Dieciocho agujeros (Wodehouse), para amantes del golf y ambientes british y En jaque (Berta Marsé), su primer libro que, ojo,  incluye algunas piezas impactantes. Y, por supuesto, la relectura de ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? la primera colección de Carver.

Pamuk. Una sensación extraña

PAMUK[ Esta reseña se publicó en Aceprensa el 29.I.16 ]

La nueva novela de Pamuk sigue la vida de Mevlut Karatas desde su juventud hasta 2012. Pronto deja su pueblo y los estudios y se establece en Estambul con su padre. Ambos son vendedores ambulantes de yogur y boza, una bebida tradicional turca. Es un hombre optimista e ingenuo que disfruta la felicidad de la vida sencilla. Pamuk sigue con detalle su trayectoria a lo largo de numerosos años donde le vemos despertar al amor, formar una familia y llevar adelante un negocio.

En ese tiempo también evolucionan el país y la ciudad, y se presta cierta atención al fenómeno de la occidentalización y a las imbricaciones políticas y religiosas del islamismo. Tiene peso en el libro el relato de transformación urbana que sufre Estambul en medio de habituales enfrentamientos entre nacionalistas, kurdos, marxistas e islamistas.

Esta novela polifónica, donde intervienen multitud de narradores, está redactada en una prosa sencilla, desnuda de todo alarde retórico. Que la larga novela incluya un esquema de parentescos, un índice de personajes y una cronología, da idea de la abigarrada composición narrativa que compone el premio nobel. Todo esto está al servicio sin embargo de una historia algo endeble, de leve interés dramático y escasamente novelesca. La historia de Mevlut, y la de casi todo su entorno, es el corriente ciclo de la vida, un grupo de personas ordinarias que son niños, jóvenes y luego adultos en la Turquía de la segunda mitad del S. XX. El protagonista anda algo atascado por la vida y sus sueños no terminan de cumplirse. Quizás descubra al final que los ha tenido delante todo el tiempo y que se puede ser feliz con las cosas imperfectas de la vida. BIEN.