Antígona. De Sófocles

Antígona
Tenía ganas de leer algún título de esta coqueta y atractiva nueva colección de Rialp, Selección Doce Uvas la han llamado. Doce libros pequeños, breves, bonitos y bien editados. Y, sobre todo, buenos. Selección de los Pensamientos de Pascal, de las Memorias de Chateaubriand, Sófocles, Kierkegaard, etc.

Llega a mis manos la Antígona de Sófocles. El tema, como saben, es la libertad y la integridad, si hay que obedecer a la ley de los hombres o a la natural (“Leyes no escritas y firmes de los dioses”) que hunde sus raíces en lo trascendente y que reconocemos en nuestra conciencia.

Continuar leyendo «Antígona. De Sófocles»

Woody Allen. Adulterios

ALLEN_AdulteriosEste volumen recoge tres breves obras de teatro en un sólo acto. Son mucho más ácidas y sarcásticas que sus películas y están dirigidas a un público todavía más minoritario.

Matrimonios de gente de nivel (escritores, psiquiatras, judíos ricos neoyorquinos) que se engañan entre ellos y discuten sobre el asunto sin llegar a ninguna parte. Los problemas de la comunicación, el aburrimiento, la pulsión sexual y el egoísmo llevan a todos ellos a mentir, a despreciarse a sí mismos por su mentira y al mismo tiempo conformarse. Todo muy baratillo y ramplón, del tipo «sucedió y ya está» o «son cosas que suceden». Las réplicas están llenas de agresivos sarcasmos (a veces graciosos, hay que reconocerlo) pero el fondo general es desagradable y deprimente.

Hasta aquí llega Allen:

HOWARD: Dame una buena razón por la que tú y yo debamos seguir viviendo.
CAROL: Porque somos seres humanos, Howard. Falibles y a menudo estúpidos, pero no malvados, la verdad es que no. Sólo patéticos, equivocados, desesperados…

Aprendiendo a querer. Carmelo Guillén

Carmelo_GuillenHe espigado aquí y allá la poesías de Carmelo Guillén reunidas en Aprendiendo a querer (1976-1996). Es un libro que tengo rondando mis estanterías desde hace tres años (ya les hablé de uno de sus poemas aquí), porción de tiempo que indica que los versos, helàs, no son lo mío.

El amor, Dios, la muerte, el dolor, mucha sensibilidad y algo de pesimismo. Soy incapaz de juzgar la técnica y el estilo pero me parece un castellano recio y limpio. Me gusta la original ortografía que emplea a veces. El tono de confidencia íntima me resulta chocante (a mi, más habituado a la prosa con un autor claramente diferenciado del narrador), como colarte en cosas muy personales de los otros. Me ha parecido una poesía muy humana, ascética («muy poco se precisa en la vida, casi nada») y que invita al examen.