Lecturas y picoteos, 6 de 7

EssaisNo ficción en otras lenguas:


Ensayos (Montaigne). Termino los que me faltaban, en la estupenda edición de El Acantilado, mejor aún que la de Cátedra Áurea. Me han gustado muchas cosas, algunas bastante, pero de ahí a adoptarlo como maître à penser como hacen muchos, hay un buen trecho. Su brillantez no camufla la niebla de tantas inseguridades. De Reflexiones del señor Z (Enzensberger) se pueden entresacar detalles interesantes, aunque es un libro excesivamente disperso y de un escepticismo aún mayor que el del francés. Y sin su cultura. Sueños de golf (Updike) es estupendo. Artículos, relatos, conferencias. Mi reconciliación definitiva con este autor.

NO
Diálogos (Séneca). No porque no hay nada que no esté en las Cartas, que es lo que hay que leerle, no por otra cosa. Los libros son tímidos (Alberico). Memorias de lecturas, estos libros que gustan a la editorial Periférica y tantos disfrutamos. Pero este es flojo.

Lecturas y picoteos, 5 de 7

FELIPEY sigo intentándolo con la poesía. Pacientemente. Voy a Botas y leo Historia antigua. García Martín dice de él que “los milagros no se pueden explicar”. No me opongo, respetuosamente, pero no tengo ni idea acerca de qué está hablando (García Martín). Amor, muerte, Dios, Roma, derecho, Borges, humor, coloquialismo.

De la Antología rota (Felipe) sólo me gustan los Versos y oraciones del caminante, su “viejo discurso” (sencillo, claro, con fuerza). Su “nueva canción” es oscura, política y llena de odio. Difícil de entender para mi.

De un indiscutible como Sánchez Rosillo hojeo Maneras de estar solo. Me dice muy poco. Puntos suspensivos (Quintana) me ha gustado más, por el humor y la cercanía al aforismo.

Lecturas y picoteos, 4 de 7

NoticiasNada especialmente bueno en mis últimos intentos con narrativa en castellano. Noticias felices en aviones de papel (Marsé) no está a la altura de sus mejores libros. Todo esto pasará (Tusquets) es breve e intensa y con buen estilo, salvo que es imposible creerse un personaje femenino para quien acostarse con alguien es equiparable a rascarse la nariz. El señor de Bembibre (Gil y Carrasco), en audiolibro, me ha parecido inferior al recuerdo que tenía de ella. Escribo cien veces: sólo hay que reincidir con las cosas MUY buenas.

La sueñera (Shua), microrrelatos, tiene 250 piezas de las que me habrán gustado unas 10. Paris-Austerlitz (Chirbes) es endeble, y no entiendo las alabanzas que ha recibido. No hay mucho más que la relación enfermiza y obsesionante entre dos hombres. El Sistema (Menéndez Salmón) me confirma en mi opinión sobre este autor. No es para mí. Una novela difícil y rara.